DESCRIPCIÓN
En el año 1995, Hack sorprendió a la comunidad científica publicando sobre una nueva entidad anatómica, nunca antes descrita: una unión de tejido fibroso entre el músculo Recto Posterior Menor de la cabeza (RPMC) y la duramadre (la meninge más externa). De este modo, se “descubría” una relación anatómica íntima entre la fascia del sistema nervioso central y la fascia músculoesquelética: el “puente míodural”. En 2004, publicaba otro estudio en el que decía haber seccionado éste puente en un paciente, solucionando así sus cefaleas recurrentes.
Fig 3.- Resonancia magnética de la unión entre atlas y axis. 1, primera vértebra cervical. 2, Occipital. Nótese la capacidad del puente míodural para transmitir fuerzas de tracción desde la musculatura suboccipital (3) hacia la duramadre (4), como se evidencia por el pliegue dural.
Diversos estudios posteriores fueron añadiendo información, haciéndola más completa. En el año 2012, Kahkeshani&Ward publican una revisión de estudios anatómicos y clínicos en la que concluyen que existe fuerte evidencia de que existe una conexión entre el RPMC y la duramadre espinal. Además, defienden la implicación de ésta estructura en la etiología de la cervicalgia y la cefalea, aportando un “nuevo” camino para el tratamiento: la hipetorfia del recto posterior menor de la cabeza genera un exceso de tensión en la duramadre espinal a través de este puente. Por último, aportan una ruta para una correcta disección de la región cervical alta, si se quiere tener un acceso al puente sin romperlo.
RMi= Recto posterior menor de la cabeza. MB= Puente Miodural. SC= Médula espinal
De forma paralela, en el año 2012, Pontell et al. publican un estudio en el que diseccionan 3 puentes miodurales bilaterales: uno entre RPMC y la dura espinal, otro entre el RPMayorC y la dura y otro más entre el Oblicuo Inferior y la dura. Según sus observaciones, la función de estos 6 puentes sería la de monitorizar la tensión dural cervical, al tiempo que previenen que la dura se doble durante los movimientos de la cabeza, posibilitando la libre circulación del líquido cefaloraquídeo.
En el año 2017, Palomeque et al. publican una revisión sistemática con conclusiones similares a las ya citadas: existen varias uniones entre la musculatural cervical y la duramadre espinal, lo cual tiene importantes implicaciones a nivel fisiológico, patofisiológico y terapéutico.
En el año 2018, Xu et al. aportan una vía oblicuo-sagital para visualizar correctamente los puentes existentes del Recto Posterior Mayor y el Oblicuo Inferior hacia la dura espinal. También realizan una revisión de los estudios publicados hasta la fecha.
En 2019, Kitamura et al realizan un estudio en fetos cerca de nacer en el que ya encuentran estas conexiones anatómicas, si bien no son capaces de demostrar la transmisión de fuerzas entre esas estructuras en ese momento del desarrollo, aduciendo a causas postnatales la posible ineficiencia de éstos puentes y su implicación en cefaleas.
FUNCIONES
Los estudios coinciden en señalar varias funciones importantes de éstos puentes: están implicados en la prevención del pliegue de la duramadre espinal durante la extensión de la cabeza, el ajuste de los movimientos de la cabeza de acuerdo con la tensión dural y mantener abierta la cisterna cerebelomedular para posibilitar el flujo del líquidocefalorraquídeo.
TRATAMIENTO
El tratamiento de la musculatura cervical profunda puede tener influencia positiva en pacientes con cefalea y disfunción del movimiento cervical. Para ello, creemos que es necesario el tratamiento completo de la musculatura profunda del cuello (y no sólo de un músculo, como proponen algunos autores), así como de la musculatura de los compartimentos superficial y medio del cuello, debido a su íntima relación con el ligamento nucal.
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